Los pensamientos sin pensar

La verdad es que desde inicios de este año tengo varios días en los que me siento en el escritorio con los codos apoyados y con las manos en la cabeza y lloro unos minutos, preguntándome qué estoy haciendo, o qué debo hacer, porqué no avanzo y porqué las cosas tardan tanto en llegar.

Muchas veces siento pesar de mi porque siempre he dicho que me gusta estar solo, cuando es todo lo contrario. No quiero saber; quiero sentir que la gente está ahí para mi. Vi una imagen que decía «Es que no estás pero tampoco te vas» he sentido que le doy todo lo que está en mis manos a la ciertas personas y básicamente no tengo ese límite para decir; ya, hasta aquí. Sin esperar esperando; algo me desilusiona, al mismo tiempo pienso que si doy lo mejor pues está bien si no recibo, porque quizá esas personas es lo que necesitaban y estuve ahí para darles momentos de mi vida o consejos.

Algo que siempre me ha costado es pedir ayuda, y seguramente por eso he perdido oportunidades laborales; quizá por eso en cuestiones personales nunca pido reciprocidad, porque me cuesta pedir algo a cambio.

Guardo muchas cosas que quisiera decir para no parecer una victima, sé que la vida me ha llevado suave y sin mayores problemas, por esa razón debería estar muy agradecido, lo estoy y lo hago saber. Me he dado cuenta que me gustan los cambios y sé en qué momento los necesito, pero se me hace muy difícil dar el paso que va a dejar atrás las situaciones y personas a las cuales ya estaba muy acostumbrado y que se volvieron muy acogedoras para mi.

Desde el año pasado tengo la sensación que este 2020 van a cambiar muchas cosas en mi y en mi entorno, y cada que se acercaba el fin de año se hacía más fuerte esas sensación, al igual que físicamente se hacían más notorios esos cambios de ambiente, no sé me abruma mucho pasar por todo solo, pero sé que puedo.

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